martes, 31 de julio de 2012

El Anecdotista nos trae más Anécdotas Anecdotadas

getr018.gif (25331 bytes)-¡Jovenzuelos! Hoy por suerte he duplicado el número de cafés que suelo llevar guardados en...emmmm...bueno,mejor no saberlo, jóvenes... Glup,glup... ¡Oh,no! Me he tomado el descafeinado antes que el oscuro con dos gotas de leche. ¡Madre mía! En fin,cosas del café... ¿a qué no sabéis que ocurrió? Ayer no pude dormir porque estaba demasiado nervioso (no entiendo por qué ese nerviosismo tan brusco, ni que me hubiese tomado 50 tazas de café cafeinizado con leche...¡¡si me tomé 52 de esos!!)...así que me senté en la mecedora mientras degustaba una deliciosa taza de café con nata desnatada y...me acordé de un par de anécdotas de cuando yo era joven. ¡Escuchad,que así me ahorráis un poco de tiempo para tomarme un café moca con espuma y plátano en rodajas!











newsboy.gif (6868 bytes)-En mis años mozos, cuando tenía 13 años, me dedicaba a vender periódicos (que por entonces se llamaban "trozos de papel con noticias escritas en tinta para informar a la gente de novedades") para ganarme la vida. Ganaba un par de euros al día, pues los otros 38 que solía ganar tenía que dárselos a una agencia llamada A.Q.R.D.N. Me gustaba mucho ayudar a los Ayudantes Que Reenvían el Dinero a los Necesitados. ¡Así yo también era un A.Q.R.D.N! Todas las mañanas me levantaba a las 5 de la madrugada para tomarme un par de tazas de leche con cola-cao y unas galletitas de chocolate (por entonces,estaba enganchado a los cola-caos. Bebía cola-caos incluso en el colegio, cuando me llamaban para salir a la pizarra). Después, cogía un buen paquete de periódicos y me montaba en la bici, cargada de periódicos incluso por las ruedas. Luego, me situaba en la fuente de la plaza y me ponía a gritar para poder vender los periódicos. Una mañana cambió toda mi vida. Un tipo de la A.Q.R.D.N vino a mi lado y me pidió dinero. Pero me decepcionaron... esta vez dijeron que les diese 1 euro menos...¡qué triste! ¡1 euro menos para los necesitados! Entonces tuve una seria charla con el. Pero la seriedad se convirtió en ilusión pues...¡me dijo que si quería unirme a la A.Q.R.D.N! Super excitado, dije que sí y grité a los 4 vientos: ¡¡¡SOY DE LA A.Q.R.D.N!!! ¡¡BIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEN!!
No sé por qué,pero me sorprendió que todos me mirasen con cara de "¿qué unicornio le ha pisoteado a este?". Cuando la tarde del mismo día llegué a casa, mi madre, por una razón rara, no quiso abrirme. Me dijo que si era de la A.Q.R.D.N no podía entrar nunca jamás en casa. Y me quitó todos los periódicos bruscamente alargando la mano por la rendija de las cartas de correo en la puerta. Me fui cabizbajo. Los de la A.Q.R.D.N eran muy amables conmigo. No me extraña...gracias a mi,los necesitados habrían recibido como 8.000 euros en todo lo que llevo trabajando con el periódico. Pero pronto se acabaron mis ilusiones. Vi un buen montón de dinero en una mesa, y todos se lo repartieron entre ellos y se lo guardaron. ¿Por qué no lo introdujeron en la ranura de envíos a los necesitados? Me di cuenta de que ellos todo ese tiempo me estuvieron utilizando para quedarse con mi dinero. ¡No se lo iban a enviar a los necesitados! Los A.Q.R.D.N eran los Avariciosos Que Roban Dinero a los Necios. ¡Y el necio era yo! Entonces, empleé mi llave secreta de judo que había estado ensayando la mañana anterior... ¡cogí a los ladrones por la oreja y tiré de cada una tantas veces como años tuvieran los ladrones! Cuando se debilitaron, cogí el dinero y me lo llevé a casa. Aunque ya nadie me quería... entonces, utilicé el dinero para comprar una bici y me marché lejos de la ciudad. A 20 millas de ésta me encontré Cáfeville. Y,en esa ciudad, descubrí los cafés y...¡descubrí que ellos eran mi vida y me daban suerte y ánimos! Y, desde ese momento, no hubo día en el que no me tomase más de 13 tazas de café en un día. Salvo uno que estaba enfermo, que tan sólo pude tomarme 12 y media... 


MAILME.gif (13617 bytes)-Bueno,aquí viene otra historia. *bebiendo café de chocolate y fresa con leche* Yo de joven no era un chico muy social, la verdad... aunque había gente a la que tenía fichada y no compartía mis cola-caos con ellos... puede que estuviesen celosos. Pero, pero... había una chica a la que le había hecho un altar de cola-caos en mi habitación. Ella se llamaba Elisabeth. Era mi diosa... ¡era guapísima, lista y además, muy amable y comprensiva! Nadie sería capaz de llevarse mal con ella. Cada día que llegaba a clase, la veía coger su lápiz y morder la parte trasera como si fuese un pepinillo duro como una piedra fosilizada. Y también, a la hora de matemáticas, veía como se toqueteaba el pelo y se hacía rulitos... y, a la hora de ciencias naturales, dibujaba animales y preciosos paisajes...y...y...¡a la hora de inglés se miraba las uñas y se las pintaba con tipp-ex! Pero luego se lo quitaba con su botellita de agua... algunas veces le ofrecí que se las limpiase con un poco de mi cola-cao de emergencias, pero siempre lo rechazó... ¡quería que me lo quedase para mí,pues...era mío! Qué inteligencia... Un día me pasé la noche en vela intentando escribir una carta de amor para ella... hasta que, después de horas y horas, dí con la perfecta. Puede que fuese un poco extensa, pero expresaba mis sentimientos. A la mañana siguiente, fui con un sobre rosa y con un corazón sellando el cierre... Entonces, decidido, pronuncié el nombre de Elisabeth cuando estábamos en el pasillo. Ella me miró con sus preciosos ojirrines ámbar  y la dije:
 -T-t-te...¡Ten! ¡E-esta carta es pa-para tí!
-Oh,gracias, Cola-cao Boy (me cambié el nombre a Cola-cao Boy por que me encantaba el Cola-cao. Al fin y al cabo, a mis padres les daba igual...nunca me hacían caso...). ¡Es muy romántico! ¡Déjame verla!
 Entonces agarré el sobre con fuerza. ¡Me arrepentí de habérselo dado! ¿Y si algo salía mal? ¿Y si me rechazaba? ¿Y si se lo contaba a todos y me dejaba en ridículo? Entonces ella empezó a tirar del sobre.
-¡Dámelo! -dijo.
-¡Noooo!¡No lo leas,noooo!
Tiré con fuerza, a la vez que ella. Hasta que, el sobre se abrió y se vio el papel con el contenido... ¡¡Qué desastre!!
"¿Quieres tomar un Cola-cao con migo?"
Se me cayó la cara de vergüenza, hasta que...
-¡Oh,Cola-cao Boy! ¡Qué romántico! ¡Claro que tomaré un Cola-cao contigo! 
Y así empezó nuestra relación y envejezimos juntos, bebiendo desde Cola-caos con pepitas hasta Cafés con esencia de frutas del bosque. Ahora,ella ocupa la sección "Historietas"... sigue siendo tan guapa como antes, ¿verdad? Y yo aquí,en YNMA,todo el día en la cafetería tragando cafés, y ella todo el día leyendo libros antiquísimos y llamando la atención a la juventud... Y aquí se acaban mis anécdotas... ¡hasta la próxima! 


Muchas gracias, Anecdotista. ¡Nos servirán de lección esas anécdotas! (ejem...creo...ji,ji,ji) ¡Hasta la próxima! ;D


¿Otra vez con la medalla? ¡Pero mira que eres pesado! Agh...En fin,me parece bien que quieras poner una insignia,pero la mía siempre irá después, para sellar que soy la administradora de YNMA. ¡Hasta la próxima!

-Jo,a lo mejor colaba. Es que siempre llevo conmigo esta insignia para cuando trabajo, ¡así mis anécdotas tienen más jugo! Ah,por cierto, mi número de teléfono está detrás de la chapa de reconocimiento... llámame siempre que quieras oir un par de anécdotas mías... Y que sea a partir de las cuatro de la tarde, que si no estoy durmiendo en la residencia o jugando al parchís mientras bebo café. ¡Hasta otra!

Hasta otra, Anecdotista. ¡Suerte!








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